Actividad 3.
Conclusiones de la
lectura de Tobón (2010)
Desde el año del 2009, con la
implementación del Plan de Estudios y la Reforma Integral para la Educación
Básica, he estado hablar de competencias, y realmente es un término se me ha
ido modificando conceptualmente para poderlo comprender, ya que han sido varios
los autores que hablan de competencias y la forma de concebirlos varía entre
ellos, pero finalmente a lo que quiero llegar con ello, es que todos los
autores tienen algo en común, y es el de la complejidad que existe para evaluar
las competencias.
Para evaluar las competencias es
necesario considerar ritmos, estilos y estrategias de aprendizaje, tomar en
cuenta la cultura y contexto, buscar ambientes y actividades que permitan que
los alumnos desarrollen competencias partiendo de un proyecto de vida, buscar
la superación plena del alumno. Pero todo lo que con lleva este proceso, es
mucho más complejo de lo que parece, ya que se debe poner en puesta muchas
competencias docentes, para poder evaluarlas, mismas que primeramente el
maestro debe conocer y apropiarse de ellas para posteriormente poder ser
competente para identificar y evaluar competencias.
Este nuevo paradigma de la
evaluación de las competencias, desde mi punto de vista, resulta muy complejo,
pero verdaderamente es un proceso, que en la medida en que nos vayamos
apropiando y poniendo en práctica, nosotros los maestros de la educación
básica, empezaremos a ver un cambio en la educación de nuestro país, un cambio
en la forma de pensar de nuestros niños, lo considero así porque el evaluar en
competencias, nos permite valorar más a detalle las competencias que el alumno
va adquiriendo, o ver el nivel de logro de competencia que ha obtenido, esta
evaluación también pone en puesta la reflexión que el alumno hace conciencia de
sus propias competencias, a través de la autoevaluación, coevaluación y
heteroevaluación y hasta los mismos informes que determinan el logro de
competencias de cada uno de ellos, con ayuda de los padres, maestros y del propio
alumno, estas partes del proceso, harán que el alumno conozca sus debilidades
para hacer de estas áreas de oportunidad y que en un futuro formen a ser parte
de sus fortalezas.
Definitivamente de la evaluación
de las competencias hay mucho de qué hablar, y el autor Tobón en su documento
nos da una panorámica muy específica y abierta de lo qué los maestros tenemos
como tarea, y de nosotros dependerá con qué cara le hacemos frente.
Indudablemente esta lectura me
permite reflexionar acerca de mi práctica educativa y verla desde el enfoque
evaluación de competencias, me hace verla con otros ojos, con otros retos,
para los cuales mi mejor actitud y mi
mejor acción, para ser parte de aquellos maestros que quieren ver en la
educación un cambio que permita desarrollar las competencias que cada ciudadano
necesita para ser pleno, exitoso y feliz en su proyecto ético de vida.
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