viernes, 16 de noviembre de 2012


Actividad 3.

Conclusiones de la lectura de Tobón (2010)

Desde el año del 2009, con la implementación del Plan de Estudios y la Reforma Integral para la Educación Básica, he estado hablar de competencias, y realmente es un término se me ha ido modificando conceptualmente para poderlo comprender, ya que han sido varios los autores que hablan de competencias y la forma de concebirlos varía entre ellos, pero finalmente a lo que quiero llegar con ello, es que todos los autores tienen algo en común, y es el de la complejidad que existe para evaluar las competencias.

Para evaluar las competencias es necesario considerar ritmos, estilos y estrategias de aprendizaje, tomar en cuenta la cultura y contexto, buscar ambientes y actividades que permitan que los alumnos desarrollen competencias partiendo de un proyecto de vida, buscar la superación plena del alumno. Pero todo lo que con lleva este proceso, es mucho más complejo de lo que parece, ya que se debe poner en puesta muchas competencias docentes, para poder evaluarlas, mismas que primeramente el maestro debe conocer y apropiarse de ellas para posteriormente poder ser competente para identificar y evaluar competencias.

Este nuevo paradigma de la evaluación de las competencias, desde mi punto de vista, resulta muy complejo, pero verdaderamente es un proceso, que en la medida en que nos vayamos apropiando y poniendo en práctica, nosotros los maestros de la educación básica, empezaremos a ver un cambio en la educación de nuestro país, un cambio en la forma de pensar de nuestros niños, lo considero así porque el evaluar en competencias, nos permite valorar más a detalle las competencias que el alumno va adquiriendo, o ver el nivel de logro de competencia que ha obtenido, esta evaluación también pone en puesta la reflexión que el alumno hace conciencia de sus propias competencias, a través de la autoevaluación, coevaluación y heteroevaluación y hasta los mismos informes que determinan el logro de competencias de cada uno de ellos, con ayuda de los padres, maestros y del propio alumno, estas partes del proceso, harán que el alumno conozca sus debilidades para hacer de estas áreas de oportunidad y que en un futuro formen a ser parte de sus fortalezas.

Definitivamente de la evaluación de las competencias hay mucho de qué hablar, y el autor Tobón en su documento nos da una panorámica muy específica y abierta de lo qué los maestros tenemos como tarea, y de nosotros dependerá con qué cara le hacemos frente.

Indudablemente esta lectura me permite reflexionar acerca de mi práctica educativa y verla desde el enfoque evaluación de competencias, me hace verla con otros ojos, con otros retos, para  los cuales mi mejor actitud y mi mejor acción, para ser parte de aquellos maestros que quieren ver en la educación un cambio que permita desarrollar las competencias que cada ciudadano necesita para ser pleno, exitoso y feliz en su proyecto ético de vida.

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